Cómo transformar la comparación en poder personal para emprendedoras por Pau Keni

La mayoría de las emprendedoras repetimos un patrón que nos aleja de nuestro equilibrio
emocional, debilita demasiado nuestra autoestima y que cuanto más lo hacemos menos
segura de nosotras mismas nos sentimos…

¿Ya adivinaste de que se trata? Te estoy hablando de la comparación. Miramos lo que tiene o hace otra emprendedora y nos frustramos. Creemos que su producto o servicio es mejor que el nuestro y eso desencadena un sentimiento de insuficiencia y de inferioridad.

En vez de ver a los otros modelos de negocios para inspirarnos, los percibimos como una
competencia imposible de alcanzar. Entonces nos frustramos y hasta nos planteamos la opción de abandonar nuestra pasión.

Uno de los peores efectos de sobrevalorar afuera es dejar de valorar lo que si tenemos. La
comparación genera esa sensación continua de que hay algo que falta, genera sentimientos de carencia.

Por ejemplo puede ser que estés contenta con tu cuenta de Instagram pero una noche de
insomnio empezas a scrollear otras cuentas y aparece la comparación. Tal vez el otro emprendimiento tiene más seguidores que vos o sus posteos más me gusta.

Inmediatamente tu cuenta ya no te parece tan buena como antes y pones el foco en lo que no tenes, en lo que te falta…

Entonces, aunque estés satisfecha con tu emprendimiento, cuando aparece alguien que crees que esta mejor que vos automáticamente dejas de valorar lo que hasta ese momento te daba satisfacción.

Minimizamos nuestros propios éxitos por compararnos con otros.

Una maravillosa forma para trabajar este patrón que tan mal nos hace sentir es incorporar
a conciencia creencias poderosas. Las creencias son ideas a las que le damos un sentimiento de certidumbre total. Las tenemos tan naturalizadas que no nos damos cuenta de cuestionar. Las tomamos como verdades absolutas.

Las creencias más famosas son las limitantes. Son esas reglas que opacan nuestro
potencial. Nos hacen creer que tenemos que ser de determinada manera para encajar en
la sociedad.

Aunque su intención es guiarnos nos terminan bloqueando. Y son estas mismas reglas las
que nos llevan a compararnos.

Creemos que hay un molde que está bien, y en el que tenemos que entrar para ser exitosas, y otro que está mal. Entonces terminamos pensando que hay una sola manera
correcta de hacer las cosas.

Pero lo cierto es que las creencias son una opción. Eso significa que las podemos elegir conscientemente.

Y ahí aparece la magia. Tenemos el poder de transformar una creencia limitante por otra
que nos empodere.

Por eso hoy te quiero contar 3 creencias poderosas que te ayudaran a trabajar la
comparación.

1- Todos somos una pieza fundamental en el rompecabezas de la vida:

Cuando hablamos de comparación, el primer error es intentar la igualdad. Todos somos distintos. Es imposible medirnos con la misma vara que otra persona.

Tener certeza absoluta de que cada una de nosotras tiene un rol especifico que vino a
desarrollar en esta vida hace que la comparación no tenga sentido.

Si tu lugar es este mundo es único, ¿cómo podrías querer ser, tener o hacer lo del otro?
Vos sos especial, todos somos especiales.

La clave es reconocer ese lugar, valorarlo y animarnos a expresarlo.

Muchas veces tenemos grandes talentos demasiado naturalizados. ¿Qué significa esto?
Que la persona pierde dimensión de lo buena que es haciendo algo porque le sale demasiado fácil.

Cree que para todos esa habilidad es natural, pero no. Es un don especial que cuesta
reconocer porque lo da por obvio.

Entonces en vez de ocuparnos de desarrollar, expresar y compartir ese talento nos
enfocamos en el talento de otra persona y claro, nos frustramos.

Para afianzar esta creencia poderosa es clave el autoconocimiento. Necesitas saber que
pieza estas representando en el gran juego de este universo.

2- Nunca vemos la película completa (ni la nuestra ni la de los otro):
Cuando nos comparamos usamos una visión idealizada y subjetiva de los otros
emprendimientos. No conocemos la historia completa. Los desafíos que tuvo que atravesar para llegar donde está hoy.

Lo mismo nos pasa a nosotras, juzgamos nuestro pasado o presente sin comprender que
forma parte de una pelicula mayor.

Estoy segura de que más de una vez agradeciste alguna situación difícil. Esas de las que en el momento no entendemos pero viéndola un tiempo después nos damos cuenta de que
fue justo lo que necesitábamos vivir para nuestra evolución.

Confianza es la mejor amiga de esta creencia. Confiar en que todo lo que vivimos tiene
una razón aunque no la entendamos en el momento en que atravesamos las situaciones.

Sé que las redes sociales no nos ayudan mucho para dejar de compararnos. Es fácil caer en
la trampa de la idealización.

Por eso es tan importante recordar que lo que vemos es parte de una historia. Nunca
sabemos que es lo que hay detrás de esas perfectas imágenes de Instagram. Son versiones
distorsionadas, incompletas…

Para fortalecer esta segunda creencia poderosa necesitas estar muy atentas a tus voces
internas que te boicotean diciéndote que lo que haces no es suficientemente bueno, que
no estas donde tendrías que estar o que no sos quien tendrías que ser.

3- Siempre puedo trabajar en mi para autosuperarme:

Esta idea se basa en transformar la comparación en autosuperación.
Amo esta creencia porque nos pone en el rol de protagonistas de nuestra vida.

Cuando nos comparamos podemos sentirnos víctimas de las circunstancias. Echarle la
culpa al país, al algoritmo de Instagram o hasta a los proveedores.

Pero si tomamos responsabilidad podemos empezar a cambiar lo que manifestamos en
nuestro mundo externo. Porque recordemos que lo que vemos afuera es un reflejo de
nuestro interior.

Algunas preguntas para guiar tu desarrollo personal son:

  • ¿En quién me tengo que convertir para lograr eso que quiero? ¿Qué necesito transformar
    de mi misma?
  • ¿Cuáles son los pensamientos, las actitudes, las emociones que me alejan de mis metas?
  • ¿Cuáles son mis creencias respecto al dinero? ¿Qué es éxito para mí?
  • ¿Cuáles son esos patrones que repito en automático y que no vibran en la misma
    frecuencia de lo que quiero lograr?

En vez de querer ser como alguien o tener lo que tiene el otro, el objetivo es que trabajes
en vos para crecer. Para ser una mejor versión de vos misma.

Porque tu emprendimiento es el reflejo de tu mundo interior. Por eso estoy convencida de
que trabajar en tu autosuperación es la base fundamental para el crecimiento de tu
negocio.

Pau Keni.

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