“Trabajamos y nos divertimos…” siempre amé esa frase sacada de un capítulo de Los Simpson.
Porque en un momento el emprendimiento se puede poner demasiado serio.
Sobre todo si “pusiste los huevos en una sola canasta” y dependés de él para pagar las cuentas.
Eso te puede desconectar de tu capacidad natural de ser creativa (y hasta divertirte y seguir apasionándote) a la hora de resolver los problemas, situaciones o desafíos de seguir haciendo crecer tu negocio.
Además… te podés abrumar con la cantidad de data que hay sobre emprender. Marketing, copy, ventas, redes sociales…
Por eso, una herramienta que te va a ayudar en todas las etapas de tu emprendimiento es la conexión con vos misma y tu intuición emprendedora.
No hay como una emprendedora que confía en sí misma y está segura de lo que quiere.
¿Qué es la intuición emprendedora?
La definición general de Intuición de la RAE es:
- f. Facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de razonamiento.
La intuición emprendedora es aplicar esta facultad a las decisiones y pasos que vas dando en tu negocio o emprendimiento.
Es poder percibir “el cuadro completo” en lugar de obsesionarte con los detalles, y además usar todos los recursos que ya tenés disponibles para hacer realidad tus objetivos.
Tu intuición está conectada a la mente subconsciente y trae las respuestas desde ahí.
Por ahí ya lo sabés, pero lo voy a repetir: nuestra mente consciente solo puede procesar muy poquito de info a comparación de la mente subconsciente.
Es como tener una computadora MEGA inteligente a tu disposición 24/7.
Esta computadora se ocupa de que tu corazón esté latiendo, que respires y que cientos de funciones corporales estén trabajando sin que vos tengas que “pensarlas”.
Además de esas funciones básicas, tu mente subconsciente tiene muchísima más data que Google… conoce todas las misteriosas conexiones que hay entre vos, tu emprendimiento y toda las personas a las que vas a impactar.
Busca rápidamente entre los recursos que YA tenés disponibles y los acomoda de manera tal que puedas accionar ahora, sin esperar a juntar más validación o permiso externo.
Es decir, tu intuición emprendedora nunca te va a decir “no sos suficiente”, “no es posible”.
Al contrario, una vez que vos decidís a dónde querés ir, te va a ir mostrando el camino para lograrlo paso a paso.
Pero ¡OJO! no es una intuición predictiva al estilo de “con este nombre de emprendimiento no te va a ir bien” o “los astros no te favorecen”.
No.
Esta intuición responde a tus DECISIONES.
Es como si tuvieras un GPS: vos no le preguntás a dónde tendrías que ir, sino que le vas a decir a dónde QUERÉS ir, y vas a dejar que te marque el camino más rápido.
Cómo usar tu Intuición Emprendedora:
1) CONECTATE CON LO QUE QUERÉS
Date un momento para pensar qué querés lograr en la próxima semana, mes o año.
Pensalo en términos númericos y tangibles por un lado (cuántas ventas, clientes, monto de facturación).
Después dejá a un lado los números, y conectate con CÓMO te gustaría sentirte al lograr esto.
Algunas preguntas que te sirven para conectar con el sentimiento:
¿Cómo me sentiría si ya hubiera logrado esto con facilidad?
¿Cómo le contaría a mis amigos/as o familia sobre este logro? (Usá tu forma de hablar natural)
¿Qué escucharía o leería que me dicen mis clientes sobre mi producto / servicio?
¿Qué me vería haciendo ahora que ya logré esto?
La idea de estas preguntas es sumergirte con la imaginación en la versión de vos que ya logró tu objetivo, y que lo hizo con facilidad porque usó no solo la razón sino también la intuición y creatividad emprendedora.
Metete con todo en esta escena, dale bien hasta el fondo hasta que sientas que estás ahí, porque ahí es donde aparece la magia.
ME CUESTA CONECTAR, ¿QUÉ HAGO?
Permitite por unos minutos sentir cualquier resistencia (miedo, estrés, preocupación).
Esa resistencia es un mecanismo natural de protección, no intenta boicotearte sino mantenerte a salvo.
Sentila por unos momentos sin analizarla. Podés hasta reconocer en voz alta “Ok, tengo miedo”. Podés escribirla. Podés grabarte hablando de eso.
Que sea máximo 5 minutos. Es solo sacarla afuera y reconocerla sin darle mayor poder.
Y luego te proponés lo siguiente:
“Aunque sienta esta resistencia, la reconozco y estoy dispuesta a empezar a enfocarme en la solución”.
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2) RECIBÍ LA GUÍA DE TU INTUICIÓN
Ahora sí… una vez que entraste en la energía de lo que querés, quizás te vengan palabras, ideas, sensaciones corporales…
A veces, si el objetivo es para este mes o semana, la respuesta es tan obvia como subir una story a IG, un estado de Whatsapp, un video o enviar un e-mail a tu base de clientes.
Y si el objetivo es anual, tal vez te vengan ideas sobre cómo reestructurar tu emprendimiento para lograr eso o a quiénes podrías consultar para tener más claridad.
Es decir, si la respuesta no la tenés vos directamente, seguramente sí la tiene alguien en tu entorno inmediato y sentís un impulso de contactarlo/a.
La idea es confiar en las respuestas que se sienten bien en tu cuerpo y alineadas a lo que querés crear tanto a nivel de números como a nivel emocional.
Y recordá que tu intuición va a buscar entre los recursos más cercanos, te va a mostrar algo que ya está disponible para vos, para que puedas avanzar y tomar acción hoy mismo.
3) TOMÁ ACCIÓN:
Siempre es algo relativamente sencillo lo que mueve la aguja en dirección hacia tu objetivo.
Aunque tengas un objetivo ambicioso o “grande” a mediano o largo plazo, las acciones que tomás hoy para llegar ahí pueden ser de lo más sencillas.
Tu acción sostenida, va a ir construyendo lo que se llama:
MOMENTUM: energía positiva que vas acumulando con cada acción que das, y que te acerca a tu objetivo.
Mientras más acciones vas tomando, más te van a ir viniendo las ideas y recursos para seguir avanzando.
Si solo te quedás en la cabeza sin accionar, te quedás sin recibir el feedback que es esencial para ir ajustando tus acciones día a día.
¿QUÉ PASA SI ME TRABO AL MOMENTO DE ACCIONAR?
Esto pasa cuando la acción que sentimos que tenemos que tomar se ve como un salto demasiado grande y nos saca de nuestra zona segura.
Si es así, aunque algunos propongan que te muevas más allá del miedo, yo te propongo que en lugar de hacer eso (lo que podría generar un excesivo estrés y bloquearte) busques una acción intermedia.
Una acción intermedia es cualquier acción que vaya en dirección a tu objetivo, que puedas hacer ya mismo.
Ejemplo: “siento que podría hacer un LIVE en IG, pero me da miedo”. Ok, ¿podrías entonces grabarte en una story? ¿O armar un posteo?
Lo que sea, cualquier acción es mejor que ninguna, mientras vaya en dirección hacia tu objetivo. Sostené esa acción por un tiempo hasta que vayas ganando confianza.
La razón y la intuición: una historia de amor
Aunque parezca que son antagónicas, eso no es cierto para mí: son el mejor equipo que hay en la creación:
cuando tu razón y tu intuición van juntas, no te para nadie.
Es como si tuvieras un equipo en el que una parte es la creativa, soñadora, y la otra es la que dice “Ok, vamos a hacerlo realidad”.
Lo último que queda es empezar a tomar acción sostenida desde esas ideas que empiezan a venir y darles forma y estructura.
Si no podés sola, hacé el ejercicio una vez más y conectate con la solución. El mundo del emprendimiento es una gran RED donde podemos cooperar y aprender unas de otras, y hoy con Internet y las redes sociales, los recursos están ahí todo el tiempo!
Confiar en tu intuición emprendedora es una práctica, mientras más lo hacés, más fácil se va haciendo con el tiempo.
Una vez que ya estés conectada y entusiasmada, te voy a decir lo que les digo a mis clientas y me digo todos los días: CREÁ Y CONFIÁ.
¡Gracias!
Julia
